La Gran Evasión

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martes, 17 de noviembre de 2020

297 - La Huida - Sam Peckinpah 1972

Un arma de fuego y una mujer, Godard, Griffith, todos los grandes sabían que con estos dos ingredientes se podía hacer una película. Peckinpah también, la mujer, Ali McGraw, una encantadora morena con rasgos indios que había triunfado con Love Story, las armas, los coches y el carismático Steve McQueen, su tensa quietud, su saber estar, sabía coger un rifle como nadie, coger el volante de un coche para huir de un banco, o escapar con una Triumph de los nazis en La gran evasión. 
Don McCoy es un profesional del crimen harto de cárcel, será su pareja, Carol, quien ofrezca sus encantos femeninos al juez corrupto Benyon (Ben Johnson)  para sacar a su hombre de prisión.  
La huida de una pareja desde Texas a El Paso, para un cineasta fronterizo como Peckinpah, México de nuevo representa la tierra prometida, el lugar donde rehacer las vidas. La pareja al límite acaba arrojada a un vertedero por el camión de la basura, el último refugio de la escoria del sistema, y aún así hay una posibilidad, una vía de escape a pesar de todo. La censura franquista modificó la parte final en que los dos fugitivos consiguen cruzar la frontera, no se podía aceptar que los delincuentes se salieran con la suya y osaron profanar la poética de Peckinpah informando con una voz en "off" de que habían sido detenidos y pagarían sus pecados. 
El relato de Jim Thompson fue adaptado brillantemente por Walter Hill (Driver, La presa, Forajidos de leyenda), una road movie con un montaje perfecto. Si a esto añadimos la mano única de Peckinpah, la magia entre McGraw y McQueen, enamorados en pleno rodaje, y una galería de secundarios magnífica: Al Lettieri, el atracador herido de bala, que persigue a los fugitivos y en el trayecto secuestrará a un veterinario -Jack Dodson- y a su mujer – Sally Struthers-, con la que tendrá relaciones consentidas delante del marido maniatado y apaleado, Slim Pickens, el viejo vaquero que vende su camioneta a los fugitivos, o el mencionado Ben Johnson representando la corrupcion política del sistema.

Raúl Gallego

Esta noche huimos a cámara lenta del banco sorteando explosiones..

Salvador Limón, Zacarías Cotán y Raúl Gallego


 

 



jueves, 5 de octubre de 2017

152 - Grupo Salvaje - Peckinpah 1969















Estos salvajes tienen las manos curtidas, arrugas en el rostro, huelen a sudor y alcohol, con el revólver en el cinto y el alma rota, por supuesto que son hombres de otra época. Estos tipos conocen la figura de los buitres, otean a sus perseguidores, a esos cazadores de recompensas que sirven a Harrigan, el maligno representante de la legalidad. Existe una justicia ciega, la camaradería y la unión por la sangre de estos compañeros de fechorías, con un jefe valiente y sereno, Pike, que procura parecer fuerte aunque no pueda con su cuerpo, cuando el golpe al banco es otro fracaso y en las bolsas no hay oro sino arandelas. Dutch admira a su jefe, lo conoce bien, desde el momento que Mapache y sus secuaces deciden quedarse con Ángel, Dutch ya sabe que su jefe volverá a la aldea.
Sam Peckinpah se vacía en Grupo Salvaje, su último cartucho de dinamita es la batalla final, una orgía de sangre entre una banda de héroes sucios y un ejército de mexicanos, insurgentes contra Pancho Villa en plena revolución. En la retina del cinéfilo queda para siempre el ralentí de la muerte explícita, los planos intercalados en secuencias de estructura perfecta, la inicial del atraco, la del ferrocarril, los ojos llorosos de Ángel, primero de desamor, después de pánico, y Warren Oates enloquecido, asido a una ametralladora hasta el final. Pike decide volver a la aldea para llevarse a Ángel, y Lyle responde "¿Por qué no?", la suerte está echada. Los cuatro crean un plano enorme, cada uno porta el arma a su manera, en un ejercicio plástico de simetrías mitológicas, alacranes acorralados por el fuego, pero ellos morirán matando.

Raúl Gallego.

Esta noche en Radiopolis nos bañamos en barricas de vino mexicano....

José Miguel Moreno modera, con Gervi Navío, Raúl Gallego, y nuestro crítico de cine César Bardés.


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Artículo sobre Grupo Salvaje, por César Bardés

La vida es violencia

Sam Peckinpah es uno de los grandes, y Grupo Salvaje es su obra maestra, su testamento, el epítome de su cine, porque aquí está el lirismo y la poesía de Ford, la camaradería y los códigos de amistad entre hombres de Hawks, el fin de la frontera.
Los títulos de crédito de Grupo salvaje son una declaración de lo que es la película, la alternancia de puntos de vista, los atracadores, la emboscada de los cazarecompensas y el grupo de niños que simplemente juegan, un juego macabro e inocente al tiempo: echar a un escorpión a hormigas hambrientas para que lo devoren poco a poco, y luego, prender fuego a las hormigas, esa terrible verdad es la película, la violencia gratuita del tiroteo termina con los niños imitando los disparos con sus manos...La vida carece de valor, de sentido. La muerte marca desde el inicio a los personajes, a todos, con esa explosión final que jamás se había visto, un río de violencia del que la civilización, todos hemos salido, ese tiroteo demente libera de sus demonios al grupo salvaje, los redime, un sacrificio de locura y muerte, lleno de mitología..... Peckinpah utiliza la violencia para ese mensaje, el paseo de Pike, Dutch, Lyle y Tector para ir a rescatar a Ángel de las zarpas de Mapache, está lleno de simbolismo, van a rescatar a un compañero de armas, que no los ha delatado, al que están torturando sin piedad, van a por un amigo, es un camino sin retorno, del que no regresarán, y lo saben, por eso han pasado la noche en el prostíbulo, esa es su despedida, su purificación...sin palabras saben lo que hay que hacer, es la decisión correcta, es el pago por sus pecados...es un acto de justicia y honor en un mundo desalmado.....es Sam Peckinpah en estado puro, coherencia Peckinpahniana, viejos códigos morales que no encajan en el nuevo mundo, cuando tu palabra vale más que nada, cuando no arrugarse y morir con valentía es lo que cuenta, como el nieto de Sykes, el Honor del Guerrero ...
Es fascinante, por eso la violencia moral está tan presente, la del cacique despótico y sanguinario, la del representante del ferrocarril inmisericorde, la de los cazarecompensas que expolian a los muertos y no respetan la vida..... corrompidos por el dinero, el poder....ésa violencia, es mucho más terrible que la violencia explícita, que la sangre o ver cómo los disparos atraviesan los cuerpos....es muy elegante que no muestre la muerte de esos indeseables, que solo oigamos los disparos y veamos al viejo Sykes con los caballos, mientras Deke rumia la muerte de su amigo Pike.....es brillantísimo, grande Peckinpah.
La frase del viejo Don José, es reveladora: "Todos soñamos con volver a la niñez. Aun los peores de nosotros. Quizá sobre todo los peores"  Hay está la esencia de la película, todos son pecadores, personajes malvados pero que una vez fueron niños, inocentes. Sam Peckinpah regaló al mundo en 1969 un Western total, ya no se hacen películas así, sencillamente porque ya no hay tipos como Sam Peckinpah, salvajes, libres, amargos...románticos hijos de puta.

 Gervasio Navío Flores

miércoles, 12 de noviembre de 2014

11 - Duelo en la Alta Sierra - Peckinpah 1962

Esta noche nos visita Sam Peckinpah con su segunda película, Duelo en la Alta Sierra, su primera obra maestra. El cineasta salvaje nos esboza a carboncillo sus más oscuras obsesiones. El director de California contó con Randolph Scott y Joel McCrea para esta historia de dos amigos que saben que las agujas del reloj van cada vez más rápido. Hombres de otro tiempo que se aferrarán a esa última misión que pueda depararles un final digno. Dos valientes pistoleros ven su amistad de años puesta a prueba por un puñado de lingotes de oro. Este poema hecho western desnuda la amistad y la traición. Un mundo agonizante en el que dos viejos con viejos códigos ya no encajan. La melancolía, la codicia, el valor, la profesionalidad, la ética, el final de una forma de vida y de unos hombres ante su última gran aventura. 
Un relato de perdedores, camaradas sin suerte, y de grandes espacios abiertos. Dos hombres ante la montaña que no conoce ni perdona, sólo exige. Elsa, la bella e inocente hija del granjero, será el detonante del último duelo. Un prodigio de secuencia, un montaje excepcional y dinámico ritmo, con Joel McCrea echando una última mirada a las altas montañas, que nunca le fallaron. La obra más clásica de Peckinpah ya incluye trazos que anticipan sus exhibiciones violentas en posteriores filmes. Los hermanos Hammond son tan violentos como los pueblerinos de "Perros de Paja", los bandidos de "Grupo Salvaje", los gánsters de "La Huida", o los soldados desesperados de "La Cruz de Hierro". 

Raúl Gallego. 

Recordamos el violento romanticismo de Peckinpah: José Miguel Moreno, Gervi Navío, Raúl Gallego y César Bardés 




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Título original: Ride the High Country.
Duración: 94 min. Estados Unidos
Director: Sam Peckinpah
Guión: N.B. Stone Jr.
Música: George Bassman
Fotografía: Lucien Ballard
Reparto: Randolph Scott, Joel McCrea, Mariette Hartley, Ron Starr, Edgar Buchanan, R.G. Armstrong, Jenie Jackson, Warren Oates.
Productora: Metro-Goldwyn-Mayer

 Sam Peckinpah

 
 
Concibiendo un mundo agreste y voraz, violento y caótico, la sensibilidad del artista sólo encuentra subsistencia en el caparazón bronco del que aguanta las inclemencias de la vida con resignación y furia. En sus films siempre hay una verdad suprema: la muerte no entiende de moral ni de códigos de conducta. 
 Al desmitificar el Far West y consolidar el género crepuscular, tras la crisis ocasionada por el spaghetti-western europeo, se reafirmó con estas declaraciones: “No me interesa el mito; sólo me interesa la verdad. Y el mito del Oeste se encuentra en la explotación de la gente que iba a conseguir tierra. Si se quiere hacer una película sobre el Oeste hay que hacerla sobre esta gente que iba y tenía tierra. Y que robaron y mataron a los ´malditos` indios. Pero eso lo cambié, o al menos espero haberlo conseguido en Grupo salvaje. Uno de mis propósitos al realizar esta película era romper el mito del Far West”
Sam Peckinpah fue director y guionista de cine, televisión y teatro. Conocido especialmente por la controversia social que se generó a raíz de la violencia en sus películas, forma parte del grupo de directores que hicieron remontar la industria hollywoodiense durante los años 60 y 70. Entre sus importantes aportaciones al cine figura la reformulación del western clásico llevándolo a terrenos más crepusculares y violentos. La crítica ha destacado el lirismo de su cine, así como la profundidad psicológica de la que dotó a sus personajes.
Tras terminar sus estudios pasa una temporada trabajando de tramoyista hasta que en 1951 comienza a trabajar en la CBS. Su primera incursión en el cine sería de la mano de Don Siegel en 1954, trabajando de asistente y actor secundario en La invasión de los ladrones de cuerpos (1956). Este trabajo le valió el reconocimiento de la cadena CBS, en la cual comenzó a escribir guiones de series como “Gunsmoke“, “Broken Arrow“, “Tales of Wells Fargo” y “Zane Grey Theatre“.
Su primer trabajo como director sería en 1958 en TV, con el episodio de “Broken Arrow” titulado “The Knife Fighter”. Durante sus años en televisión Peckinpah reunió un grupo de actores, Strother Martin, R.G. Armstrong o Warren Oates‚ que le acompañarían en sus posteriores películas.
El cineasta dirige su primera obra para el cine, Deadly Companions (1961), que contó con Mauren O’Hara como protagonista. La cinta obtuvo una escasa aceptación por parte del público y de la crítica. Ante esto, el director reaccionó asegurando que había tenido muy poca libertad durante el rodaje a causa de las presiones de las productoras.
Su siguiente película, Duelo en la alta sierra (1962), ganó un premio en el Festival Internacional de Cine de Bélgica. Además, la crítica francesa la calificó muy positivamente y fue juzgada como la mejor película extranjera en el Festival Mejicano de Cine. Con este título inaugura uno de sus temas fetiche: el western crepuscular.  Major Dundee (1965)  marcó el inicio de sus explosivas lizas con las productoras y distribuidoras. Estuvo protagonizada por Charlton Heston y situada en el final de la Guerra Civil americana. El director pretendía dar suficiente densidad a la película y dotar a los personajes de cierta complejidad. Sin embargo, Columbia, considerándola demasiado larga y complicada hizo numerosos cortes. Peckinpah se enfureció declarando públicamente que el resultado, tras esos recortes, era incomprensible. A causa de su reacción fue retirado del rodaje de The Cincinnati Kid y sustituido por Norman Jewison. En 1966, la televisión ABC le ofreció la oportunidad de dirigir Noon Wine, adaptación de la novela de Ann Porter. Fue un éxito de público y crítica. Pero la película que inauguraría la fama “sanguinaria” de su cine sería Grupo salvaje (1969), continuando con el género del western crepuscular.
También el estilo de dirección estableció lo que serían sus señas de dirección, usando la cámara lenta en numerosas secuencias y una técnica de montaje bastante vanguardista. Fue considerada por ciertos críticos como “la película más violenta que se haya filmado jamás”. Sin embargo, con el paso de los años la crítica la ha reconocido como una pieza fundamental en la historia del género.
Durante el rodaje de La balada de Cable Hogue (1970), fue forzado por la Warner Bros. a redirigir el film por miedo a que recibiese las mismas críticas por su violencia que el anterior. Se le dio un toque cómico y no se invirtió apenas dinero en publicitarla, lo cual hizo que pasara sin demasiada relevancia para el público. Cuando la reputación del director estaba marcada por el “Bloody Sam” que le acuñaron los críticos americanos dirigió  Perros de paja (1971), con Dustin Hoffman como protagonista..
En 1971 realizó en Inglaterra Junior Bonner, protagonizada por Steve McQueen, que pasó mucho más inadvertida por la taquilla que su predecesora. Un año después volvería a trabajar con Steve McQueen, en uno de sus más famosos papeles, con La huida (1972). Y a partir de aquí comienza el foco más concentrado de su cine: dirige Pat Garrett & Billy The Kid (1973), con Bob Dylan; después la surrealista Quiero la cabeza de Alfredo García(1974); Los aristócratas del crimen (1975); y La cruz de hierro (1977). Todas ellas realizadas con escaso presupuesto. A propósito de La cruz de hierro, Orson Welles se puso en contacto con Peckinpah para decirle que era la mejor película contra la guerra que había visto. 
A finales de la década de 1970, Peckinpah está ya reventado por su alcoholismo y su adicción a la cocaína. Dirigiría Convoy (1978), que fue otro fracaso en prácticamente todos los niveles. Y Clave: Omega (1983), un thriller de espionaje. En 1984 Sam Peckinpah muere; con 59 años. 


Filmografía

The Deadly Companions (1961)  Compañeros mortales
Ride the High Country (1962) Duelo en la alta sierra
Major Dundee (1965)
Noon Wine (1966) (TV)
The Wild Bunch (1969)  Grupo salvaje
The Ballad of Cable Hogue (1970) La balada de Cable Hogue
Straw Dogs (1971) Perros de paja
Junior Bonner (1972)
The Getaway (1972) La huida
Pat Garrett & Billy the Kid (1973) 
Bring Me the Head of Alfredo Garcia (1974)
Quiero la cabeza de Alfredo García
The Killer Elite (1975) Los aristócratas del crimen
Cross of Iron (1977) La cruz de Hierro
Convoy (1978)
Jinxed! (1982) Blackjack
The Osterman Weekend (1983) Clave: Omega