La Gran Evasión

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viernes, 1 de octubre de 2021

339 - Con la Muerte en los Talones - Alfred Hitchcock 1959

 Es impensable la idea de que te tomen por otra persona, te secuestren, te lleven a una mansión, te emborrachen a la fuerza, que una avioneta se abalance sobre ti. El publicista Thorhill,  guasón, competente y resuelto, un hombre corriente con don de gentes y un poco gafe, se verá de pronto involucrado en un berenjenal con pocas garantías de salir indemne. Repetirá  por enésima vez a sus captores que todo es un malentendido  que lleva su documentación con su nombre y dirección, que el no es el maldito George Kaplan. Cary Grant encaja como anillo al dedo en este cómico personaje de aire despreocupado y traje impecable. 

El maestro Hitchcock unió fuerzas con el ingenioso Ernest Lehman para hilvanar esta trama de espionaje, acción, y romance. Entre los trucos del prestidigitador está el McGuffin, mantiene la ansiedad, la trama en plena guerra fría, un agente doble, y el microfilm escondido en la estatuilla que adquiere Vandamm -suave y elegante malo,  James Mason. Thornhill intenta escapar de todos, de los policías y de los criminales, y de polizón en un tren hacia Chicago se encontrará con una mujer casi tan misteriosa como la Kim Novak de Vértigo, Eva Marie Saint , una mujer que podría llevar a un hombre a la muerte casi sin proponérselo, lo malo es que se lo propone.  

Digno de mil estudios, el dominio de los espacios, el poderío visual y la tensión que es capaz de crear el mago Hitchcock- La famosa secuencia de la avioneta que fumiga donde no hay cosechas, con Thornhill esperando en un cruce de carreters perdido en el universo. Cada secuencia es un cortometraje, en el tren donde se conocen los amantes, Thornhill en un plano frontal se acerca a nosotros atrapado por las paredes del vagón,  hasta que se tropieza con la musa espía, el secuestro y el encuentro en la mansión con Vandamm y su lacayo -Martin Landau-, los surrealistas momentos con la  madre -Jessie Royce Landis-, la no menos absurda subasta, el asesinato en el edificio de las Naciones Unidas, la vivienda de Vandamm, reproducción de una casa del arquitecto Frank Lloyd Wright, y el broche mágico en el Monte Rushmore. Lo único que tenía claro Hitchcock antes de empezar es que siempre había deseado filmar una persecución con los rostros de Lincoln, Jefferson, Washington y Teddy Rossevelt esculpidos en la montaña. 

Esta noche lanzamos una caja de cerillas a los pies de una rubia platino...

Zacarías Cotán, Chari Medina, Salvador Limón y Raúl Gallego


 

 

















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