Salir del nido construido por dos padres aterrados, suele ser difícil la independencia y la búsqueda del ser, de una misma. En el caso de Thelma el asunto se complica. Thelma es distinta.
El miedo atenaza a todos los personajes de una familia golpeada por la desgracia. La ansiedad a ser estigmatizada, a terminar como la abuela, a conocer la pérdida del hermano, contada con pericia en una serie de flashbacks. Los padres se han encargado de silenciar el poder de la hija hasta el punto de que ni siquiera ella lo conoce realmente.
En el primer bloque de este enigmático y armónico film el tema principal es el miedo, así en la biblioteca de la Universidad la joven tendrá un ataque de nervios, el tránsito de la adolescencia a la juventud, a las sinergias nuevas y pulsiones, el despertar sexual y el remordimiento. Los pajaros se estrellan contea los ventanales, la represión calvinista de un padre castrador, las llamadas constantes de la madre.
Un baño en la piscina relaja, no es suficiente para espantar la serpiente que atenaza y provoca convulsiones. Falta el aire cuando Dios es Satán. Así lo susurra Thelma en una fiesta a su amiga y amante. En la línea de su estilo elegante y sensual, Joachim Trier ("Reprise", "Oslo,31 de agosto") da una vuelta de tuerca a los postulados del género fantástico, se sirve de los esquemas narrativos de la Carrie de Brian de Palma o El exorcista de Friedkin en la escena de la clínica, y sobrecoge con momentos brillantes como el que abre el film. El movimiento del padre cazador desviando el rifle de su objetivo inicial a la cabeza de su hija de seis años. La única salida, vencer el miedo, romper el hielo y respirar hondo.
Raúl Gallego
Esta noche entramos en combustión espontánea...
Zacarías Cotán, Salvador Limón y Raúl Gallego.
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