Suspense, bombas y whisky irlandés para un viernes santo que realmente se le hará largo a Harold Shand, el jefe de la banda que corta el bacalao en el submundo criminal londinense. Un conflicto inesperado con un enemigo desconocido, Harold irá dando palos de ciego ante los ataques que va recibiendo, hay bajas entre los suyos en el momento más inoportuno. Acaba de llegar un viejo conocido de la mafia norteamericana con quien pretende cerrar un lucrativo negocio en la zona de los muelles del Támesis. No contarán con la irrupción de la gente del IRA, la sangre va a correr y lo que Harold no entiende es que esos tipos son algo mas que otra banda de maleantes.
El escocés John Mackenzie (Cónsul Honorario, El cuarto protocolo) contó con la portentosa interpretación del recio Bob Hoskins, que asimila el personaje del afable gangster que gobierna en la escena criminal de Londres y quiere ascender y aprovecharse de los nuevos tiempos, el Mercado Libre, son los inicios de la década de los ochenta con el gobierno de Margaret Thatcher recién constituido.
Así Harold se cree el rey del mambo ,asistimos a su ascenso y caída en cuestión de horas. Fanfarrón, seguro de sí mismo, de sus métodos, cuando sabe con quien se enfrenta, infravalora a los idealistas del IRA, ya le avisa el delator Jeff (Derek Thompson), su hombre de confianza, en una de las escenas claves del film: "Podrás matar a diez, a veinte, pero se multiplicarán como un ejército de hormigas".
Localizaciones excelentes, otro momento genuino , Bob Hoskins dirigiéndose a su comitiva de matones, mafiosos, policías y concejal corrupto, en su yate con el Puente de Londres al fondo, su busto napoleónico pronuncia un ambicioso discurso. El vigoroso e impulsivo capo conoce su remanso de calma, su oasis, es Victoria (Helen Mirren), su amante, el glamour entre tanto personaje siniestro.
Espléndido thriller, iniciado en Belfast, impulsado por la música de sintetizadores de Francis Monkman, con una serie de asesinatos que luego serán explicados con las investigaciones del protagonista. Nos regala un final de los más intensos. El primer plano de Bob Hoskins atrapado en un coche con sus verdugos. Su reino ha terminado, los músculos de su rostro irán expresando en cuestión de segundos ira, consternación, estupor, y, finalmente, resignación.
Raúl Gallego
Esta noche discutimos colgados boca abajo en el matadero de La gran Evasión...
José Miguel Moreno, Gervi Navío, Zacarías Cotán, Salvador Limón y Raúl Gallego.
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