La Gran Evasión

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martes, 21 de abril de 2020

268 - El cartero siempre llama dos veces - Rafelson 1981

La base literaria es magnifica, la novela homónima de James Mallahan Cain es una obra mítica del género negro. El guión de David Mamet añade el toque salvaje y erótico que no tuvo la película original dirigida por Tay Garnett en 1942. La escena de sexo en la cocina ya forma parte de la historia del cine; las miradas abrumadoras entre Cora y Frank, también.
Jessica Lange y Jack Nicholson, una paliza de seguros, un pobre cornudo, unos abogados sin escrúpulos, una ciudad sin corazón….El Cartero siempre llama dos veces.

El vagabundo que recala en un área de servicio de una carretera secundaria, un buscavidas que sobrevive de pueblo en pueblo, viviendo en el camino, consiguiendo unos dólares aquí y allá,  un seductor que no pasa mucho tiempo en ningún lugar, hasta que  se cruza con Cora, una mujer atrapada, perdida en ningún parte….y salta la chispa.
Esta es una película de personajes y de actores, El Cartero siempre llama dos veces es Jessica Lange, en uno de los papeles de su vida y también es Jack Nicholson, que esta portentoso. Desprenden un  magnetismo brutal, este vagabundo, Frank y la esposa del dueño, Cora, planearán un crimen despreciable, Nick Papadakis, John Colicos, es el dueño del local, es el esposo de Cora, es un inmigrante griego que ha materializado el sueño americano, pero para Cora y Frank, sólo es un obstáculo que se interpone a su pasión…..La fatalidad merodea por entre las piernas de estos tres seres infelices.

El título, El Cartero siempre llama dos veces, es genial, juega con las dobles oportunidades, las segundas llamadas del destino.
Una historia de amor y sexo, de pasión y deseo salvaje que se corrompen hasta convertirse en asesinato…

Magnifica la dirección de Rafelson, que traía un aire nuevo, se curtió  en la televisión con el show  The Monkees, y en el cine tiene títulos memorables, su productora BBS Produtions  nos dejó Easy Rider de Dennis Hopper, Mi vida es mi vida del propio Rafelson, The Last Picture Show  de Peter Bogdanovich.
Rafelson ha contado con Jack Nicholson en muchos de sus proyectos, se nota la complicidad y la confianza entre  ambos.
El director logra la atmósfera negra  que la intriga necesita, siendo muy fiel a la novela de Cain, añadiendo el toque sexual, escandaloso para la época y captando el devenir de los años treinta,  con la depresión económica flotando en al ambiente. Mérito de la excelente  fotografía de Sven Nykvist y la banda sonora de Michal Small, fantástica, que mezcla perfectamente el suspense, el deseo, la violencia  y el amor de la historia,
La película esta llena de oscuridad, de sensualidad, de traición, de alcohol, de fatalidad…y con un regusto romántico y sexual que no te deja indiferente.

Esta noche especialmente oscura, empujamos el coche del cine colina abajo, José Miguel Moreno, Raúl Gallego, Zacarias Cotán y Gervi Navío.

Gervasio Navío Flores.

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La novela de James M Cain es un modelo de narración literias en todos los conceptos: trama, desarrollo argumental, concisión, diálogos, dureza, sobriedad, lirismo, etc. Ha sido llevada al cine en tres ocasiones: Luchino Visconti en 1942 con el título de "Ossesione"; Tay Garnett en  1946 con el original y la que nos ocupa con carácter de remake.
Su punto de partida, su tema clave, es sin duda el de la pasión con mayúsculas, íntimamente ligado a una concepción filosófica sobre el bien y el mal mediante la cual el primero coexiste ligado estrechamente con el segundo. La pareja protagonista, Cora Papadakis y Frank Chambers, son dos seres que encuentrran la felicidad, el bien, a través de una serie de transgresiones o crímenes condenados por las leyes, la natural y la oficial.
Podemos afirmar que el tema principal de El cartero siempre llama dos veces es que hasta dentro de la basura puede florecer el bien, que no se da el caso de que el bien y el mal se hallen separados por una línea que los haga perfectamente reconocibles, sino mezclados, formando parte de la condición humana. Y esto independientemente de que a primera vista el tema parezca el contrario, esto es, que el criminal nunca gana y que el que la hace la paga, como parece demostrarse con el final ejemplar - que por otra parte deja fuera el final de la novela, aún más "ejemplar" si cabe) de la muerte de Cora, accidentalmente, como castigo natural por el crimen que ambos cometieron en la persona del marido de ella. En el filme de Rafelson, una película en la que se potencia en gradosumo la atracción erótica del personaje femenino y en la que se despoja a este mismo personaje del carácter retorcido y un tanto siniestro de la novela, en la que se da la impresión de que es ella la que impulsa al crimen a Chambers. Ambos caracteres, parece, son gente sencilla, no son muy inteligentes, que buscan afanosamente el estado puro de la felicidad rompiendo con todas las trabas que les impone la sociedad. Se entregan totalmente sin pararse a pensar que en una sociedad como la nuestra -y la de ellos más acusasa aún, época postdepresiva, mísera en los USA de los años 30- dicha osadía se paga muy cara.
Rafelson realizó un filme muy convincente. Su dirección va encaminada en todo momento a mostrarnos lo que nos interesa, sin distracciones ni alardes de ningún tipo. Le falta inspiración. Rafelson sabe que el texto original es suficientemente rico como para no tener que añadir nada, y de esta forma la película es más una recreación que una creación. Al mismo tiempo da la impresión de uqe Rafelson hace la película para quienes ya conocen la novela, lo que se pone de manifiesto en las continuas elipsis que atraviesan el relato. Éste, para un público mayoritario puede resultar excesivamente inconcluso, poco explicado, como sucede, por ejemplo, en la repentina entrada del fiscal en escena, sin venir a cuento tanta violencia verbal.
La ambietación es excelente, y asimismo la interpretación de los principales actores, Nicholson da a la perfección el papel de pobre hombre al que se quiere tildar de peligroso asesino y criminal, y Jessica Lange incorpora sensualmente a una mujer que no está satisfecha con la vida que le proporciona el griego Papadakis, un hombre bueno al que la dama le viene grande.
El filme tiene las características del cine americano de acción, pero no resulta exactamente un filme negro, sino una tragedia griega que transcurre en el "middle-west", sobria y secamente contada, que nos pone de parte de las, al fin, víctimas y no verdugos. Una película sanamente subversiva.

Zacarías Cotán. 

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