La Gran Evasión

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lunes, 26 de febrero de 2024

409 - The Reader - El Lector - Stephen Daldry 2008

Es difícil abarcar la angustia del joven protagonista que lee clásicos a su amante en una bañera. En la novela original de Bernard Schlink Michael es el narrador, David Hare y Daldry, guionista y director decidieron no utilizar voz en off, asistimos a los hechos siempre desde la mirada del adolescente y después del hombre. No es cómodo sentir empatía por una mujer que ejerció de guardiana de un campo de concentración en la Alemania nazi, seleccionando las prisioneras que iban llegando para ser asesinadas una a una. Hannah Schmidt formaba parte del engranaje asesino de las SS, nadie le obligó a alistarse cuando trabajaba de joven en la Siemens, así lo declara en el juicio posterior. Y sin embargo, la magia del cine nos puede hacer sentir a algunos cierta compasión por esa mujer encerrada y semianalfabeta que ama que le lean en voz alta la literatura de Chejov, Schiller o Goethe. Esto es mérito de una excepcional Kate Winslet, que sabe trasladar los rasgos descritos por Schlink en su best seller.
David Kross está a la altura con su personaje del chico que despierta su sexualidad con una mujer bastante más mayor. La cobradora del tranvía y el estudiante de Bachiller entablan una intensa relación, tanto que marcará la vida de ambos para siempre. Daldry escogió a Ralph Fiennes para encarnar al hombre adulto, en un papel poco dado al lucimiento, su contención, su eterno mirar al pasado, al principio del film se verá a sí mismo en un pasajero de un tranvía, y en una de las secuencias más emotivas, decidirá grabar su voz recitando los libros que leía, y mandar las cintas por correo a Hannah en su condena perpetua. 
El trasfondo de este drama es el genocidio, el dilema entre la legalidad y la moral, el trauma y la culpa de la sociedad alemana. El profesor de Derecho -Bruno Ganz- dictamina en el aula, toda sociedad se rige por las leyes, y no por la moral. En realidad se nos cuenta una historia de amor entre dos generaciones de alemanes, la que vivió durante la contienda y la de los descendientes. Por debajo el arte como vía de escape, las obras de Chejov, de Goethe, de Schiller, al que según Hannah lo que le hacía falta era una mujer. Schiller, para quien solo el amor y el arte podían salvar la desazón del alma. Esa misma literatura también la condenará, es el libro escrito por una superviviente el que la delata junto a las otras guardianas, y una pila de libros le ayudará a terminar sus días en la celda antes que enfrentarse a un mundo que no es el suyo. 

Esta noche grabamos nuestra voz en un casete leyendo obras clásicas…

Zacarías Cotán, Raúl Gallego y Chari Medina

 

 



































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