La Gran Evasión

La Gran Evasión

sábado, 12 de enero de 2019

209 - Jeanne Dielman, 23, Quai du commerce, 1080 Bruxelles - Akerman 1975

En plano estático a ras de suelo, una mujer abstraída en sus quehaceres domésticos. Con facciones de maniquí y movimientos metódicos, apaga la luz, pone la estufa, prepara patatas hervidas, lustra los zapatos del hijo con betún. Jeanne Dielman vive con su hijo en un apartamento de Bruselas. La protagonista de este largometraje se emparenta con su corto pionero “Saute ma Ville”, en el que una chica de 18 años huye de su vida doméstica en Bruselas, ya encerrada en una cocina desea que explote todo. La represión del deseo filmada con una quietud y naturalidad que acentúan la claustrofobia. Chantal quiere que el espectador sienta el paso del tiempo, que construya algo nuevo sobre lo que se proyecta en la pantalla. Asistimos impertérritos a la preparación meticulosa de unos filetes empanados, al ritual de pelar patatas sentada en la mesa de la cocina, la liturgia de una mujer cuya misión en la vida es cuidar de su hijo. Tareas domésticas ocultas para ingresar un dinero extra en casa, hombres pasan periódicamente por su habitación de paredes verdes de sala quirúrgica . Jeanne coge el sombrero y el abrigo del cliente con una ceremonia mecánica y repetida. En uno de los escasos diálogos con el hijo antes de acostarse, él adolescente asegura que si él fuera mujer, no podría acostarse con alguien a quien no amara, la madre responde que él no es mujer, por tanto nunca sabrá como piensa una.
Ambigua, inestable, enigmática, hija, ante todo mujer y cineasta, el desgarro interior de Chantal busca el consuelo de Jeanne en la melodía al piano, escribir y sentir el trazo de la pluma sobre el papel, responder las cartas banales de su hermana, correspondencias cruzadas y una radio desde donde llega voz de una cantante lejana, el soniquete se pierde en la monotonía de otra tarde más. Llegará la noche y las luces de un anuncio exterior parpadearán en la intimidad, quedándose allí para siempre como el sentimiento de culpa, anestesia del dolor y antesala de un desenlace tan rompedor como la obra entera de la realizadora belga.

Raúl Gallego.

Esta noche hipnotizados, intentamos mantener la vista sobre las tijeras en el tocador de Radiopolis…

José Miguel Moreno, Raúl Gallego, Manuel Broullón y Zacarías Cotán.

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