La Gran Evasión

La Gran Evasión

miércoles, 15 de marzo de 2017

Land of Mine (Bajo la Arena) -Martin Zandvliet- 2015


Una fila infinita de prisioneros alemanes por una carretera danesa, el sargento Carl Leopold Rasmussen los observa desde su jeep, un destello rojo y blanco lo hace detenerse, es una bandera de su patria, Dinamarca, que un soldado alemán oculta entre sus sucias manos, apretada contra su sucio uniforme, el sargento se la arrebata a gritos, lo golpea sin piedad, una y otra vez, el chico sangra sin cesar, la nariz destrozada..."fuera de mi país, esa bandera no es vuestra", el sargento es un tipo duro, un paracaidista veterano, ha visto el horror, el odio y la rabia lo devoran, malditos seáis, malditos....estamos en 1945, Alemania se ha rendido, la guerra ha terminado. Unos soldados alemanes reciben instrucciones de un capitán danés, apenas son unos niños, adolescentes, caras sucias, almas sucias, flacos como palos, lágrimas perpetuas en esos ojos que ya no parecen humanos, deben limpiar de minas alemanas, las que su ejército colocó, la costa danesa, su instrucción es brutal, es dura, se lo merecen por lo que han hecho, recibes lo que siembras...impiedad, algunos morirán mientras aprenden a desactivar sus propias minas, la mayoría lo hará cuando lleguen a la playa y comiencen el trabajo, si sobrevives, volverás a casa, hambrientos y apaleados, unos niños, unos soldados, mis lagrimas también se agolpan en los ojos. La civilización occidental se fue por las chimeneas de Dachau, los restos que aún quedaban, los barrió el viento en una playa danesa.
Un niño llama a su madre cuando tiene miedo, cuando una mina le ha arrancado los brazos y se retuerce en la arena, dos hermanos gemelos juegan con un escarabajo, unos niños soñando con un trabajo cuando regresen a casa, cuando la guerra termine para ellos, Erns, Wener, Sebastian.....limpian la playa, centímetro a centímetro, arrástrate por la arena, con cuidado, utiliza la sonda, recuerda el entrenamiento, pronto volverás a casa, lo ha prometido el sargento.
Martín Zandvliet retrata con exquisita elegancia, con maestría, éste episodio negro de nuestra historia, con distancia e intimísimo, la brutalidad del sargento Rasmussen, el rumor en la memoria colectiva de lo que los alemanes hicieron, los bellísimos parajes daneses, unos planos excepcionales de un lirismo asolador, los rostros de los chicos-soldados, la explosión insospechada de una mina en cualquier momento, los cuerpos destrozados, las almas desangradas, demasiado emoción para mí, para la sala, un silencio sepulcral, turbado, horrorizado en mi asiento, viendo como un tipo duro consuela a un chico que quiere salir a buscar a su hermano, ni otra ampolla de morfina puede apagar el amor, un sargento danés y un soldado alemán, un padre y un niño cualquiera.
Termino con lágrimas, creí que ya no quedaban, aún brotan- Ahora mientras escribo éstas notas, cuando recuerdo la película, también dentro de mil años, cuando alguien recuerde lo que hemos hecho, lo que la humanidad sigue haciendo. Me zumban los oídos, me sangra el corazón.

Gervasio Navío Flores.

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