Dos cazarrecompensas, solitarios y parcos, (Eastwood y Van Cleef) ven sus destinos unidos para dar alcance al fiero Indio ( Volontè) un sanguinario atracador de bancos recién fugado y toda su banda de desalmados. Una curiosa e inestable sociedad, que ninguno habría imaginado, los llevará por la misma senda.
Tras el enorme éxito de “Por un Puñado de
Dólares”( 1964), esta segunda y mejor entrega de la trilogía, que
superaba en metraje y presupuesto a su predecesora, cautivó a toda
Europa, y asentó las bases de un subgénero que reflotó al moribundo
Western clásico, dándole una mirada más acordes a los nuevos tiempos. Su
director, Sergio Leone, un iconoclasta y adelantado realizador
proveniente del Péplum y el neorrealismo, sensible al mutismo, violento y
reposado del maestro Kurosawa, supo ver en estas sencillas historias un
reflejo más real de la sociedad que alumbraba. Tras los magnicidios y
guerras, fracasos ideológicos o amatorias sesenteras, que llevaron al
individuo a un oscuro, cínico y traumático despertar a la sociedad
moderna, el cine de este italiano sustituyó la palabra por la guitarra
punzante, las miradas por los encuentros y un falseado convivir por la
aridez de las relaciones . Toda una añoranza mitológica, elegíaca, de
unos hombres perdidos.
El cómic, las novelistas del oeste y el
realismo emocionante y vital de una época, con la la magistral y
excéntrica música del genial Morricone, con tonos protagonista e
individualizados, crearon un ambiente brumoso y fiero: el Spaghetti
Wéstern. Todo ello puesto al servicio de un tipo alto, desgarbado y seco
que tras estas películas enterraría para siempre su pulcro y anodino
personaje de “ Rawhide” dando nacimiento a un mito, el inicio de un
paradigma, solitario y aventurero, abocado y hermoso que ya no cabalgará
más como en los viejos tiempos. Desde Infierno de Cobardes ( 1972
)hasta Sully( 2016 ), trasunto del propio Eastwood, lo políticamente
correcto será infringido en pos de un nuevo héroe contemporáneo, tan
necesario como el Wayne fordiano, con valores y procedimientos antiguos,
mal que le pesase a la Sra Paulina Kael, la famosa crítica del New
Yorker, que en su momento lo tildó de “ inmoral y fascista”. Todo esto
está aún por llegar pero la moneda ya ha sido lanzada...y aún sigue.
José Miguel Moreno
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