Gustavete, Carmela, y Paulino, varietés a lo fino. Un trío de artistas de tercera que recorren los pueblos, bailan el Uruguay, recitan a Machado, y cantan los suspiros de una España que se desangra.
Se alza el telón y comienza el último número. Carmela está nerviosa, no puede con la injusticia. Carmela, espontánea, auténtica, impulsiva. Paulino, prudente, interesado, su objetivo es sobrevivir en una maldita guerra que les ha pillado de improviso y ni les va ni les viene. Se alza el telón. Carmela no puede contener su rabia, su indignación. Paulino, pálido como la pared la ve venir desde el principio de la función. Gustavete, con un ridículo bigote pintado, y vestido de ruso comunista, va a recuperar la voz en un grito desgarrado, el grito de un país cainita y fratricida.
Carlos Saura sitúa a sus humildes héroes en la España de 1938, un sorprendente Andrés Pajares, una fogosa Carmen Maura, y un magnífico Gabino Diego. El ejército sublevado va ganando la guerra, los republicanos se quedan sin municiones, sin tanques ni cañones como dice la canción, y los aviones fascistas ensayan en suelo ibérico. Saura apela a la memoria de un tiempo reciente en que daban gato por liebre, las escuelas eran cárceles, las mujeres vestían de negro, y las canciones sonaban a arengas de guerra. Una película sobre la estupefacción, el miedo, el hambre de unos prisioneros empapados, el odio en los ojos de un oficial que come judías, la inutilidad de tanto tiroteo y tanta bomba, de tanta sangre derramada, de tantas cunetas de muerte, de tantos ajustes de cuentas, de tanta vileza.
Envueltos por los tonos grises y rosáceos de un cielo hermoso a pesar de todo, dos hombres errantes, dos titiriteros sin alma siguen su camino por tierras negras de plomo, de hiel y pólvora.
Raúl Gallego.
Esta noche desde Radiópolis nos perdemos por los cementerios de un país en llamas,
José Miguel Moreno a la dirección, Gervi Navío, Mamen Torres, Raúl Gallego, y nuestro crítico de cine César Bardés.
Artículo sobre ¡Ay, Carmela!, por César Bardés
Me uno a vuestro grito
ResponderEliminarTuvimos un debate intenso y entusiasta sobre una peli que nos trae tiempos mucho peores, que nunca se repitan. Salud.
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