En el año 2019 el hombre ha fabricado otros hombres. El mayor invento se ha convertido en la mayor amenaza. Y sólo un Blade Runner puede detenerla.
Rick Deckard (Harrison Ford) es un blade runner, un policía retirado. Una inquietante Los Ángeles de altas torres se pierde en un horizonte ennegrecido, explosiones de azufre, vehículos voladores que expanden destellos de color sobre un universo urbano dantesco. A la llamada del enigmático colega Gaff (Edward James Olmos) y, sin haber terminado los fideos que comía en el puesto ambulante, Deckard se ve forzado a volver a la comisaría del distrito. El sabueso solitario tiene una nueva misión.Un Harrison Ford contenido y apático, con aires de detective de novela negra, debe eliminar a cuatro androides modelo Nexus-6, desarrollados por la todopoderosa corporación Tyrell. Cuatro imitaciones demasiado perfectas, cuatro criaturas que pueden sufrir, sentir la cercanía de la muerte programada. Rachel (Sean Young) no quiere conocer la verdad, no quiere asimilar que sus recuerdos son implantes en su cerebro. Sus ojos sensuales buscan a Deckard. Es duro tener una fecha de caducidad impuesta por el capricho de unos ingenieros genéticos que juegan a ser dioses.
Roy, Zhora, León, y Pris, cuatro humanoides fugitivos de las colonias exteriores quieren descifrar la fórmula. Roy Batty (Rutger Hauer) los guiará a la manera de un Espartaco kubrickiano. Los cuatro esclavos buscan el fuego de Hefesto y la sabiduría de Atenea, y lucharán desesperadamente contra su destino ya escrito. En un gesto de furia Batty matará a su creador, Tyrell, el científico que quiso emular al mismo Dios.
Tras dirigir Los Duelistas y Alien, Ridley Scott emprende esta magna obra futurista. En colaboración con profesionales de la talla del experto en efectos especiales Douglas Trumbull, el director de fotografía Jordan Cronenweth, el diseñador de la ciudad y los vehículos Syd Mead, o el músico Vangelis, entre otros, Scott conforma una sucesión soberbia de imágenes y sonidos que reverberan, centellean, y se pierden como las lágrimas del replicante Roy en la lluvia. Un festival de pesadilla iluminado por refulgentes luces de neón, edificios siniestros, unicornios que sólo existen en las esperanzas de Deckard.
¿Acaso los androides sueñan con ovejas eléctricas?, se preguntaba el visionario Philip K. Dick.
Polémicas aparte sobre los innumerables montajes y reediciones posteriores del film, podemos afirmar que aunque la gótica Raquel no pasara el test de empatía, Blade Runner sí ha superado la prueba del tiempo.
Raúl Gallego.
En una noche gélida, desde la torre encendida de Radiópolis, cuatro replicantes sostienen el fuego y luchan por su supervivencia. José Miguel Moreno a la dirección, Raúl Gallego, Gervi Navío, y desde la colonia externa de Madrid, César Bardés da las últimas coordenadas.
Artículo sobre Blade Runner, por César Bardés
Exquisito. Gracias
ResponderEliminarDesde Radiópolis con entusiasmo, unos dicen que Deckard era replicante, otros no, que importa...lo bonito es el misterio de la historia que se plantea, el envoltorio también importa por supuesto, y es soberbio. Gracias por escucharnos.
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