Un amor gestado en el día a dia, entre humo, café, y pilas de papeles. Los ojos de Irene (serena y bella Soledad Villamil) a través del cristal, el idealizado recuerdo de una despedida y una estación de tren. La mirada lasciva de un psicópata. Una obsesión insana, una chica angelical y perfecta asesinada. Morales (Pablo Rago) ama a una mujer joven y pura. Ya no le queda ni la lluvia, sólo un tono de venganza perpetua en sus ojos arrasados.
"El tipo puede cambiar de todo, de casa, de novia, de familia, de religión, de Dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar, de pasión". Al compañero de despacho y amigo de toda la vida de Benjamín (Ricardo Darín) le pirra ponerse en pedo, cagarse a trompadas. A Sandoval (gigantesco Guillermo Francella) le serena el olor a bar. Un día de quilombo y copas cae en la cuenta de que el amor a un club, Racing de Avellaneda para más señas, el gusto fanático por unos colores puede arrastrar a un hombre al estadio de Huracán, su pasión puede llevarlo a su perdición.
Basada en la novela "La Pregunta de sus Ojos" de Eduardo Sacheri, la película argentina de Juan José Campanella sorprendió al mundo y se llevó el Oscar a mejor película extranjera de 2010, junto a rivales como La Cinta Blanca de Haneke. Un magnífico noir porteño con romance que perdura en el tiempo. Un fabuloso Ricardo Darín que nos hace creíble a un funcionario de justicia recién jubilado, un Benjamín Espósito tímido y fracasado que quiere reescribir su vida tras tirar muchas cuartillas a la papelera. Aquel caso del viudo Morales se le quedó grabado para siempre en su alma, aquellos ojos, aquella doctora que dice hola al teléfono. Los ojos de Irene ya no quieren guardar el secreto. La puerta del despacho se cierra, la verdad se abre paso entre la desidia, la cobardía, o la simple duda.
Raúl Gallego.
Una noche de chubascos nos citamos en el boliche con Sandoval y Espósito,
A la dirección José Miguel Moreno, Raúl
Gallego, Gervi Navío, y nuestro
crítico de cine, César Bardés.
Artículo sobre El Secreto de sus Ojos, por César Bardés
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Que sensible y desgarradora historia, magnífico Sandoval, pimplando a morro lo que queda de vida hasta agarrar a ese hijo de puta....gran debate.
ResponderEliminarSandoval silencioso y sereno (al fin) pone las fotos boca abajo y se dirige a su lecho de muerte con parsimonia, muchas gracias por escucharnos.
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