La Gran Evasión

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sábado, 6 de diciembre de 2025

450 - Una Mujer bajo la Influencia - John Cassavetes 1974

 Peter Falk y Gena Rowlands son marido y mujer en este film magistral. Verdaderamente ambos se quieren, y así es, a pesar de todo. Cassavetes mismo dijo que esta película iba sobre el precio que hay que pagar por mantener una relación.  Es agotador observar la relación de los dos, que se entienden bien según el momento, Mabel, en una de las secuencias más recordadas, con el psiquiatra familiar en casa presto a banderillear a la paciente con la dosis necesaria. Ella mira a su marido, se querrán hasta la muerte, nadie del exterior debe interponerse en  su amor recíproco, él  asiente, y entonces entra la suegra en escena, gritando como una posesa, a esta mujer hay que llevársela, tiene a sus hijos abandonados. Toda esta dantesca situación es mostrada por Cassavetes y su cámara Al Ruban con agilidad y ansiedad, la cámara, inestable, se mueve de izquierda a derecha, de pronto los niños suben corriendo la escalera y el hombre en bata mira hacia arriba con la cara descompuesta, los gritos, los golpes y la desesperación dentro de cuatro paredes. 

Algún crítico afirmó que esta es la película de amor más profunda, y es curioso que no hay sentimentalismo ninguno, sin trampa ni cartón, Cassavetes despoja de dramatismos superfluos lo que cuenta, monta fragmentos de vida, retazos y flashes fugaces de una familiar peculiar.  Enorme está Gena Rowlands dando veracidad con sus gestos, sus carreras, a esa mujer trastornada que desvaría, que se comporta de manera excéntrica, y aun así nos ponemos de su parte. Los hijos la quieren, el marido también, en su trabajo le dice al compañero que su mujer es una lunática, pero no está loca, y al momento le asegura que no sabe de lo que es capaz, que no la puede dejar sola. Rowlands, esposa del director en la vida real, actriz en “Faces”, “Gloria”,  o “Noche de estreno” entre otras.

Nick tampoco está muy normal, una vez ingresan a su esposa en el psiquiátrico, mediante una elipsis, no vemos ni un instante del tratamiento ni de su estancia allí. El padre se lleva a sus hijos a pasar un día en la playa, corre tras ellos como un condenado a trabajos forzados, sin su mujer su existencia es un sinvivir, y a la vuelta emborracha con cerveza a los críos.

Esta noche comemos spaghetti con Nick y su mujer…

Zacarías Cotán, Salvador Limón y Raúl Gallego
































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