El viaje de Nisha parte de la propia vida de la directora Iram Haq, nacida en noruega y de raíces pakistaníes, secuestrada por su propia familia y trasladada a Pakistán siendo adolescente, tal como la protagonista del film que nos ocupa.
Nisha vive una doble vida, fuera de casa se comporta como una occidental más, juega a baloncesto, fuma porros en fiestas, baila con sus amigos. En casa, de puertas adentro, es otra, debe respetar las reglas impuestas por la religión musulmana. El padre la quiere mucho, siempre que se mueva dentro de los códigos, hasta que la sorprenda en su habitación besándose con un joven noruego. Los padres decidirán apartarla de su mundo, enviarla a otro drásticamente diferente . Para ellos hay líneas infranqueables, la tradición, el honor y el que dirán de la comunidad a la que pertenecen les convence del castigo.
La historia transita entre cárceles, la cárcel de una familia castradora que todo lo hace por el aparente bienestar de la hija, y la mudanza del segundo acto, el viaje al expreso de medianoche de Pakistán, con una tía mezquina y prohibitiva, un tío que le asegura que como no cambie se pasará la vida ordeñando vacas de un marido granjero, y un primo panoli. El film carga las tintas más de la cuenta en situaciones cercanas al disparate, la secuencia nocturna de la policía chantajista podía haber sido filmada con más sobriedad, o la del padre animando a su hija a que se suicide despeñándose por un barranco. Si esto ocurrió así, lo que debían haber hecho es ingresar a ese señor en un psiquiátrico.
R G
Esta noche volamos la cometa en los cielos de Islamabad...
Zacarías Cotán, Raúl Gallego, Rosario Medina y David Velázquez
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Lo primero que hay que subrayar es que el título original de la película, no es con el que se comercializó en España sino Hva vil folk, que significa “Qué dirá la gente”, que se corresponde con lo que aquí llamamos “el que dirán”. Y es que la historia narra la vida de una adolescente “Nisha” (protagonizada por la actriz novel María Mozhdah de nacionalidad afgana), noruega de nacionalidad, pero pakistaní de consanguinidad, que tiene que vivir adaptándose a dos culturas completamente diferentes, según se encuentre dentro o fuera de su hogar familiar, situación que finalmente se complica cuando llega a la adolescencia, y con el comienzo de los primeros escarceos amorosos, un chico se cuela en su habitación, siendo sorprendido por su padre (Adil Hussainm, actor consagrado de Bolliwood y conocido en occidente, por la película La Vida de Pi), quien arremete violentamente contra él, lo que provoca problemas con las leyes noruegas al padre. Pero sobre todo con la estricta y lacerante comunidad pakistaní con la que se relacionan, que consideran una ofensa en el “honor” familiar el comportamiento de Nisha, que deriva en la terrible decisión de castigarla llevándosela por la fuerza a Pakistán, a la casa de su abuela, tía y primos, a quienes no conoce de nada, para seguir siendo aceptados por su comunidad.
A partir de ahí, la vida de Nisha entra en una espiral de experiencias a cual más dura, que conmoverá a todo el que la vea, en pleno siglo XXI, Magníficamente representado por las enormes montañas que Nisha tiene que recorrer para atravesar la distancia entre Oriente y Occidente, escenas de una gran belleza plástica pero sobre todo un enorme significado.
La película se desarrolla con un ritmo trepidante, premeditado por su directora, Iram Haq, para transmitir la angustia que ella mismo sufrió, ya que la película está basada en sucesos de su propia vida, sin ser completamente fiel a la realidad, porque según ha manifestado en varias entrevistas, contiene elementos de ficción para suavizar la historia. De hecho no pudo rodarla en Pakistán, sino que tuvo que hacerlo en la India, en la región de Rajastán, en un pueblo rural tradicional.
Además la directora ha manifestado que se atrevió a rodar cuando su padre, de avanzada edad y con una enfermedad terminal, le aconsejó que mostrara el mundo su tragedia y la de otras tantas familias, quien finalmente falleció sin poder ver el estreno.
Toda la película rezuma verdad y valentía por su directora, que ha visibilizado su historia, y la de todas las “Nishas”, destacando la magnífica interpretación de una actriz, Maria Mozhdah, a quien probablemente, por su condición de afgana, no le haya hecho falta experiencia previa en el cine, para transmitir la complejidad de sentimientos de la protagonista.
Chari Medina
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