Bengoa, espléndido Federico Luppi, maquilla su curriculum para conseguir un trabajo de dinamitero en la empresa Tulsaco, tapa su pasado sindicalista, debe traicionarse a sí mismo para ganarse el jornal. La cabra tira al monte, ha conseguido un buen puesto de trabajo, encontrará a su amigo y compañero de batallas pasadas, interpretado con brillantez por Ulises Dumont, y en la secuencia que parte el film en dos, el accidente, Bengoa se quedará literalmente sin palabras, intentará sacar la mayor tajada de la compañía.
Tiempo de revancha, tiempo de resistencia al chantaje. Taparse la boca con un esparadrapo, comprobar como la esposa huye despavorida ante el cariz de los acontecimientos. Bengoa le escribe en su pizarra "No me dejes". Una parábola política con personajes humanos, la abnegada mujer (Haydée Padilla), el histriónico abogado (Julio De Grazia), pícaro y mercenario, o comprometido con su cliente. El corte de mangas de un hombre honesto, un hombre que no está en venta. Y es que en realidad no hay tanto cobre porfídico para abastecer a la nación, el jefe de personal miente como un bellaco. Hay que estafar a los estafadores, burlar a los espías, rebanar la injusticia con una navaja de afeitar.
Raúl Gallego
Esta noche nos quemamos el brazo con un cigarrillo y nos mordemos la lengua para no gritar en Radiopolis...
Raúl Gallego, Gervi Navío, y Zacarías Cotán.
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