La Gran Evasión

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sábado, 14 de diciembre de 2019

252 - El Hombre Tranquilo - John Ford 1952

De todos los verdes posibles, de todas las jóvenes rebeldes, de todos los romances del cine...
Es verde el tren que llega a la estación de Castle Town, allí se apea el hombre tranquilo, en busca de su paraíso perdido. Antes de llegar a Innisfree, el pueblo soñado, Sean Thornton divisa la casa que recreó de pequeño, escucha la dulce voz de su madre.
"El camino serpenteando por la pradera hasta llegar a la iglesia..."  Siempre había rosas en aquella casa, la Blanca Mañana.  La melancolía y la memoria, las flores silvestres, el campo, los ancestros, en esta ensoñación de un tipo que busca la paz.
La película más romántica de John Ford, director americano de westerns con Irlanda en el corazón. Mucha fuerza en el amor que surge en las praderas, en los arroyos de Irlanda. Maureen O´Hara, Mary Kate, con su melena de fuego, su carácter indómito, se quita las medias para cruzar el río, John Wayne, la besa bajo la lluvia en la medianoche, la tormenta arrecia.
En el trasfondo, la huida del pasado, un hombre hostigado por los recuerdos, de las fundiciones y la contaminación de Pittsburg a los aires gaélicos de la tierra prometida. Del ruido de las fábricas al rumor del riachuelo y el canto de los pájaros.
Impetuoso y homérico, así lo llama varias veces Michaleen, magnífico Barry Fitzgerald, el cochero, casamentero y borrachín. Homérica empresa es salvar los obstáculos para alcanzar el tálamo nupcial, las tradiciones y las costumbres más antiguas.  En Irlanda no aparece una chica con simplemente tocar la bocina. La presencia de la iglesia, la dote, el consentimiento de un hermano intransigente,  con mandíbula de hierro y manos enormes, espléndido Victor McLaglen.
Idílicos paisajes, carreras de caballos, sombreros mecidos por el viento, reverendos anglicanos y curas católicos. Una icónica pelea final entre cuñados, se resuelve con pintas de cerveza negra, y por encima de todo, la hermana, pelirroja de armas tomar, esposa de un hombre tranquilo

Raúl Gallego

Nos sentamos junto a la chimenea y esperamos que Maureen O´Hara nos dé fuego con la leña encendida...

Raúl Gallego, Gervi Navío y Zacarías Cotán. 


Artículo sobre El Hombre Tranquilo, por César Bardés




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