Una película fundamental sobre la dignidad , la tenacidad y la esperanza. Feminismo en plenos años 50, la rebelión contra las viejas costumbres de unas mujeres que gritan sus consignas sin descanso cuando las encierran, la solidaridad como único camino.
Imágenes intensas, hay pureza en los rostros, verdad en lo narrado y fuerza en la proclama de un director, Herbert J Biberman, que formó parte de los diez de Hollywood, represaliado y encarcelado por ser comunista y negarse a testificar nombres de compañeros del partido, tras salir de prisión supo reflejar su experiencia en los personajes que retrata en el pueblo minero, en los corros de hombres y mujeres caminando en círculo, desafiando a patrones y capataces. La actriz protagonista Rosaura Revueltas fue denunciada por no tener pasaporte en regla y deportada, de hecho hay primeros planos filmados más tarde en México, y miembros del equipo fueron amenazados y agredidos por patrullas de fanáticos bajo la paranoia antisoviética . Biberman parte de la utopía y la propaganda marxista y sirve de eslabón entre el cine mudo de Eisenstein, la espiritualidad de Dreyer, o la denuncia social de Ken Loach.
En 1999, la película fue incluida entre las que preserva el National Film Registry de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.
Raúl Gallego.
Esta noche estamos todos a una y peleamos por el presente y el futuro...
José Miguel Moreno, Rogelio Perea, Mamen Torres, Jesús Manuel Sánchez , Raúl Gallego, y César Bardés.
Artículo sobre La sal de la tierra, por César Bardés
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