Mankiewicz puso un broche de oro a su carrera con este juego teatral de réplicas y contrarréplicas entre dos actores de la talla de Michael Caine y Laurence Olivier. El director americano dejó huella con sus películas, y desde luego esta rúbrica puede considerarse una despedida a lo grande. Y es grande desde el inicio de los títulos de crédito, con actores tan engañosos como la trama del film, con sus teatrillos y figuritas de cartón, y la buena partitura de John Addison que pasa de la pantomima al suspense, de lo bufonesco a lo siniestro. La vida real es un escenario donde cada uno interpreta el papel que le ha tocado, una farsa interminable donde nada es lo que parece. Cuando se abre el telón y se encienden las luces, el tíovivo empieza a girar y nunca se sabe quien ganará la partida.
Humillarse el uno al otro, mancillar el traje del rico excéntrico, disfrutar del gimoteo de un listillo que osaba utilizar el busto de Poe como arma arrojadiza. Quizá al final nadie gana la partida. Solo quedan el egoismo, el resentimiento, la ambición.
Raúl Gallego.
Esta noche accedemos a la torre de Radiópolis intentando encontrar la entrada entre los setos del laberinto,
A la dirección J M Moreno, Lázaro Díaz, Raúl Gallego, Gervi Navío,y nuestro crítico de cine César Bardés.
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