Un cowboy sonriente y larguirucho con chaqueta de flecos, relucientes botas y maleta de piel de vaca deja atrás sus días en un pueblo de Texas. Joe ya no fregará más platos para ganar un misero jornal, se marcha a New York. Su próxima parada es la ciudad soñada donde hacer fortuna a costa de señoras hartas de sus caniches y sus joyas.
Un hombre tirado en el suelo bajo el letrero de Tiffany. La gente pasa indiferente por su lado, entre la multitud autómata se dibujan las figuras de Rizzo (Dustin Hoffman portentoso) y Joe Buck (gran Jon Voight). Joe no pierde la compostura ni aunque esté al límite. Aunque el estómago duela, aunque la gélida noche neoyorquina desoriente aún más esas huellas tejanas. ¿Dónde has ido a parar, Joe?.
Un tullido y un cowboy caminan por la calle 42. Dos amigos unidos por el desamparo o la mala suerte. No importa que el frío cale hasta los huesos. Da lo mismo si lo único que recuerdas haber comido el día anterior es un plato de potaje rancio. "Ratzo" Rizzo y Joe Buck, el mugriento truhán y el ingenuo muchacho de pueblo, acompañan su hambre con amistad. En los barrios bajos de la desesperación la suerte está echada. Las ropas sucias, el alma desgarrada, y una moneda tirada al aire que no termina de caer nunca.
Joe Schlesinger pisotea el mito del cowboy solitario con el guion de Waldo Salt, uno de los perseguidos por la caza de brujas, que adapta la novela original de James Leo Herlihy. Schlesinger camufla la relación homosexual de los dos personajes de la novela, para intentar ganarse a un Hollywood censor que aún así calificó la película con la X, sólo para adultos.
Los ojos de Rizzo insinúan algo más que amistad. Huir de la lluvia helada, de la ciudad deshumanizada. Alcanzar el paraíso soñado donde brilla el sol, donde las palmeras y el mar curen esa maldita tos tuberculosa. Los ojos abiertos de Rizzo ya no te miran, Joe. ¿Cúál es la próxima parada?.
Raúl Gallego.
Esta noche subimos al autobús de Radiópolis rumbo a Florida,
José Miguel Moreno a la dirección, Raúl Gallego, Gervi Navío, nuestro crítico de cine, César Bardés, y un invitado que despide el programa entre susurros, Manuel Linares.
Artículo sobre Cowboy de Medianoche, por César Bardés
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Qué gran viaje de inocencia y soledad, muy bueno el invitado, enhorabuena
ResponderEliminarmuchas gracias por escucharnos. Sentido recuerdo a esta peli de finales de los 60, mucho desencanto y una nueva época descreída de mitos y leyendas. El invitado Manuel Linares nos alegró la noche con su bonhomía, sí señor.
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