El helicóptero de MacReady (Kurt Russell) ha sido saboteado, el polo sur se convierte en una isla blanca, la amenaza latente cobra rostro familiar. Los hielos ancestrales reverberan una paranoia cósmica de procedencia desconocida. Un perro de raza malamute se abre paso entre la nieve bajo los disparos de unos noruegos desquiciados.
El doctor Blair (Wilford Brimley) lo comprende todo. Cualquiera puede estar infectado, hay que liarse a tiros, destrozar los equipos de radio. Aislamiento, aniquilación, miradas de recelo, perros que aúllan, la carne se abre y lo dantesco toma forma. Un test de muestras de sangre, una sangre venenosa y maligna lucha por sobrevivir. ¿Quién es el asimilado? Nadie confía en nadie. Sólo queda esperar.
El doctor Blair (Wilford Brimley) lo comprende todo. Cualquiera puede estar infectado, hay que liarse a tiros, destrozar los equipos de radio. Aislamiento, aniquilación, miradas de recelo, perros que aúllan, la carne se abre y lo dantesco toma forma. Un test de muestras de sangre, una sangre venenosa y maligna lucha por sobrevivir. ¿Quién es el asimilado? Nadie confía en nadie. Sólo queda esperar.
El maestro de la serie B John Carpenter rubrica su primera película de alto presupuesto con este magnífico remake de El Enigma de otro Mundo (Christian Nyby, con un Howard Hawks moviendo los hilos). En La Cosa Carpenter se ciñe más a la novela original de John W. Campbell "Who goes there?", en la que una entidad llegada de otros mundos tiene la facultad de adoptar las diferentes formas de sus víctimas. Un sobrio reparto con un joven Kurt Russell a la cabeza acompaña a la criatura. Norris (Charles Hallahan) sorprende al mundo con su torso dentado y cercenador. Una bacanal de efectos especiales orquestados por un joven Rob Bottin y supervisados por el maestro Roy Arbogast confieren al film estatus de culto.
Sólo queda esperar, Childs (Keith David) y MacReady, extraños en tierra extraña, sonríen de medio lado, siempre les quedará el maldito whisky.
Raúl Gallego.
Con el lanzallamas en ristre, pasamos frío esta noche entre tentáculos, lenguas, y mucosidades varias,
La humanidad está condenada, pero si hay whisky, cine y Carpenter, el rato se pasa un poco mejor. Buen homenaje.
ResponderEliminarAl menos que tengamos un ordenador ochentero para jugar con él al ajedrez; tenebrismo, frío, pasillos claustrofóbicos, buenos actores, ladridos, efectos especiales de los de antes, JB, como nos divierte Carpenter. Gracias por seguir el programa.
ResponderEliminarHabéis hablado en el programa de las influencias del GRAN Hitchcock y pasado un poco de puntillas por el estilo de la narrativa del "Enseña, no cuentes" al hablar del perro. Me quedé esperando que alguno mencionase "La Ventana Indiscreta" y su potente comienzo. Este tipo de narrativa me parece mucho más poderoso para transmitir sensaciones y contar historias que la simple descripción.
ResponderEliminartienes toda la razón, el suspense que yo creo que consigue Carpenter con creces, ese perro ya empieza a darnos mala espina desde un principio, y la paranoia que domina toda la peli, quien estará asimilado, quien es el próximo, que también recuerda al Diez Negritos de la mismísima Agatjha Christie y que llevó al cijne impecablemente René Clair. Carpenter amaba a Hitchcock, a Hawks, a los grandes. También creo que tiene mucho en común con una peli hecha muy poco antes, el Alien de Ridley Scott. Un abrazo Fede.
ResponderEliminar