sábado, 16 de diciembre de 2017

161 - El hombre que nunca estuvo allí - Coen Bros 2001













































Hay veces que mientras más observas, menos comprendes.
Otro día más, otra mañana suena el despertador, otro paseo por las mismas calles, las mismas caras, los mismos lugares. La peluquería, la esposa infiel, el cuñado bobo, los clientes, el pelo que corto y cae sobre el suelo, los cogotes esperando, los comentarios nimios del compañero, día tras día, barrido tras barrido, lavado tras lavado. No me gusta hablar, y últimamente tengo la certeza de que mi mujer me es infiel. Que más da, aguanto el tirón, dejarse llevar, limpiar de nuevo la cuchilla, rociar las cabezas otra vez con la colonia de siempre. Quizá haya una esperanza, una mañana entra un tipo con peluquín en la barbería, me habla sobre el lavado en seco, dinero seguro, el negocio del futuro. Planear la extorsión, la rutina puede terminar. Ese jefe de mi mujer se ríe en mi cara, en mi propia casa, me la está pegando con mi esposa y me pasa la mano por el hombro, ya ha llegado el momento, Ed. Sólo queda esperar.
Los hermanos Coen se ríen hasta de su sombra, toman distancia ante la verdad, destrozan a su manera el American way of life, al ritmo sereno de una sonata de Beethoven, de una intriga clásica de cine negro, sazonada con su particular sarcasmo y mala leche. Fotografía en blanco y negro del habitual Roger Deakins para caricaturizar las vidas de unos personajes desesperados en su aparente normalidad. Doris y Ed van a la boda de unos familiares, ella se emborracha e insulta a los recién casados. Un abogado arrogante, cínico, y circense entra en escena cuando las cosas se complican, una Lolita no tan inocente, como todas las Lolitas, se insinúa en su cuarto. Es un tiempo de paranoia y sospecha, en que la gente mira al cielo y ve platillos volantes.
Soy el hombre que nunca estuvo allí , lacónico, silencioso, sé hacerme notar poco, me agarro a mi quehacer gris, y de pronto, entre pitillo y pitillo, atisbo una posible esperanza, una luz. Vivir en una celda no es tan malo, escribo para una revista que me paga por contar mi experiencia, cinco centavos por palabra. Puedo seguir fumando, y conozco la fecha exacta de mi muerte. Sólo queda esperar.

Raúl Gallego

Esta noche debatimos las motivaciones del peluquero, del hombre de hoy...

José Miguel Moreno presenta, con Gervi Navío y Raúl Gallego.


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Los hermanos Coen son unos expertos en mostrar esas vidas mediocres, que se ocultan en los confortables barrios residenciales de la América de los prósperos años cincuenta. Insatisfacción vital al descubierto. El estilo de vida americano esconde miserias inconfesables. En 2001, El hombre que nunca estuvo allí desgrana esas mentiras, mientras, lentamente, nos perdemos con el humo del cigarrillo de un peluquero cornudo que pasa por su vida sin vivirla, Ed Crane, magnífico Billy Bob Thorton. Nos inmiscuimos en la intimidad de un matrimonio con todo y sin nada, la señora Crane, Frances McDormand, que bebe y bebe sin parar para huir de su vida de casita con valla blanca y camino de gravilla, un héroe de guerra poderoso y magnético, un triunfador, Big Dave, James Gandolfini en estado de gracia, un marica estafador, Jon Polito, un cuñado que no para de hablar, Michael Badalucco, una Lolita hermosa y delicada hasta el infinito que merece un protector, Scarlett Johansson…en fin, personajes Coen por excelencia, que nos describen el sueño americano tal cual es, una farsa…..apariencias que esconden, extorsión, desfalco, crueldad, adulterio, asesinato…. 
Revisión exquisita del cine y la literatura negra, esta epopeya fatalista desprende el aroma de James Mallahan Cain, constantes referencias a la sombra de una duda de Hitchcock, a Lang y Perversidad, a Wilder y Perdición, a Kubrick y su Lolita….huele a cine negro clásico, trasladado a un pueblecito de California, Santa Rosa, dónde la sospecha de una infidelidad, la oportunidad de tomar las riendas de su vida, y dejar de ser un fracasado, es lo que pone en marcha esta sucesión de desgracias. Absolutamente genial Billy Bob Thorton, que difícil es expresarlo todo sin apenas hacer un gesto, fumar y mirar como la fatalidad y la rutina te destruyen, el puro y simple azar. Los hermanos Coen nos proporcionan la definición exacta de un hombre alienado, en 1949 o ahora mismo, fascinante. Ed Crane es un pelele del destino, que se revela, y esa osadía trae consecuencias terribles a todo su entorno….una tragedia llena de ironía, pura mala leche Coen, el sueño americano abierto en canal. Como nos cuenta Albert Camus en “El Extranjero” sin motivo aparente, sin más, un hombre normal se convierte en un criminal, Ed Crane primero es un extorsionador, luego un asesino…..aunque sea en defensa propia, aunque intente confesar, aunque su catarsis, su deseo, es que lo atrapen, el principio de incertidumbre cae como una losa sobre su vida..…ya lo dice el petulante abogado de Sacramento, Riedenschneider, el mejor letrado que el dinero puede comprar:  “Cuanto más observas, menos comprendes”.

Fumamos cine y mentiras desde la torre de Radiopolis, José Miguel Moreno, Raúl Gallego y Gervi Navío. Con la voluta de humo se disipan las apariencias, la impostura y nos acercamos, poco a poco a la verdad, la verdad es una luz blanca, suena una sonata para piano de Ludwig van Beethoven y Birdy está tan, tan hermosa… 

 Gervasio Navío Flores.

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